La guerra de las galaxias
1977. George Lucas estrena una película sin presupuesto, y sin grandes expectativas de éxito. El guión no es muy sorprendente: Un grupo de héroes que quieren salvar a la princesa de las garras del malo malísimo. El rompedor envoltorio, además, no gusta a los productores, que rechazan continuamente la idea.
Sin embargo, el tiempo ha terminado por encumbrar como un clásico a una obra de lo más creativa. Los personajes secundarios, en realidad, son tan o más importantes y memorables que los principales, y junto a los maravillosos efectos especiales y banda sonora (del compositor en auge John Williams), son los culpables de que este film diera un vuelco a la cultura pop, creando a su alrededor una fiel legión de seguidores.
La película entretiene de principio a fin, gracias a las conversaciones entre R2-D2 y C3-PO, los gruñidos de Chewbacca, las peleas entre el tipo duro Solo y la borde princesa Leia, y por encima de todos ellos, su villano de respiración fuerte: Darth Vader. En cambio, las escenas de acción solo destacan por las armas láser y por sus naves espaciales.
En definitiva, George Lucas se hizo de oro creando una saga, la cual marcó inmediatamente a una generación entera de jóvenes, y de la cual aún hoy en día se sigue sacando un rédito que parece infinito.
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