
Un monstruo viene a verme
Cuando los niños tienen miedo se esconden bajo la manta de la fantasía. En este caso, es la fantasía de Connor (Lewis MacDougall) la que le ayuda a afrontar la situación: Un árbol en forma de monstruo lleno de historias metafóricas. Y es que es la intranquilidad de su subconsciente, la que creará a este siniestro pero a la vez esencial personaje: Un amigo que le ayudará a analizarse y entender porque tiene sentimientos de culpa frente a la enfermedad de su madre (Felicity Jones).
Pretendiendo asumir un rol que no le pertenece, Connor tendrá que dejar a un lado su edad y comportarse como el hombre de la casa, lo que le hará sentir tristeza, soledad, pero sobretodo confusión.
La trama, la banda sonora y la fotografía te sumergirán dentro del mundo de Connor y escucharás al monstruo como si fueras un niño más.
Si la ves solo, te hará llorar: Una hermosa película sobre la aceptación de un niño del avanzado cáncer de su madre y sobre el amor madre e hijo. Un film, que demuestra que los niños son conscientes de lo que sucede a su alrededor y que sufren más de lo que creemos. La necesidad de una herramienta que les ayude a entender y afrontar los problemas, se hace aquí patente.
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