Hijo de Caín
En una partida de ajedrez hay múltiples jugadas que pueden dar pie a un ganador; y cuando se juntan dos buenos jugadores no hay nada escrito. Jesús Montllaó hace en ésta película una analogía con este juego, mostrándonos que la vida pude dar unos giros inesperados y que quien creíamos ganador de la partida podría no serlo.
La maldad y la indiferencia que se dibujan en el rostro de uno de los actores de moda en Cataluña, David Solans, te estremecerá. Este actor interpreta a Bruno, un niño que no tiene amigos, no le gustan los animales y parece disfrutar viendo sufrir a los demás.
¿Puede existir algo de bondad en este aparente demonio? El psicólogo del protagonista (Julio Manrique) defiende que hay algo que está haciendo que Bruno actúe de este modo y se dipone a encontrarlo para deternerlo. Contrariamente, un ex psicólogo sugiere que es la naturaleza del niño la que actúa. Dos caras de la moneda que sumergen al espectador en un debate interno.
La duda sobre si Bruno es un ser malicioso o si algo malo le está pasando, te mantendrá expectante e intrigado toda la película. Un buen thriller con algún que otro giro inesperado que expresa lo difícil que es saber que pasa por la mente de otra persona.
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